Lecture papers

 

Demostración Científica de la Superioridad del Hombre sobre la Mujer

Profesor Esculapio (Athens, Greece)

(Publicado en The Txori-Herri Medical Journal, marzo de 1989)

Recientemente, en el entrañable marco del txoko BUZTANDUNAK de Lezama, tuvo lugar una simpática alubiada a la que asistió el mítico Prof DYONISIOS W ESCULAPIO, Catedrático de Todo en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de El Pireo (Athens, Greece), y dios de la Medicina (en excedencia desde el pasado 1 de enero al habérsele aplicado el decreto de incompatibilidades; de todos modos, ha presentado recurso). Al final del ágape, el Prof ESCULAPIO soltó un apasionante speech que tenemos la suerte, el gusto y el honor de reproducir en las páginas de The THMJ.

Señores:

No puede decirse que lo que voy a exponerles a continuación constituya nada nuevo; no lo es, en absoluto. Les voy a hablar acerca de la SUPERIORIDAD DEL HOMBRE SOBRE LA MUJER, algo que, por supuesto, Uds nunca se han cuestionado, como es lógico y cabal. Pero se preguntarán por qué motivo me obceco en traer a la palestra un asunto tan evidente. Pues bien: débese a que dentro de la crisis de valores que afecta a nuestra cultura los más básicos conceptos, como el que nos ocupa, están empezando a ser puestos en tela de juicio por pensadores progres, y esto se hace con argumentaciones pseudocientifistas, lo que puede llevar a error al vulgo, tan fácilmente deslumbrable por los programas de divulgación científica de la televisión. Y ante esta situación, amigos míos, tenemos en deber de contraatacar y exponer a la opinión pública la verdad, tal cual y tal como nuestra próspera sociedad natural, que algunos llaman machista, la ha asumido y transmitido a lo largo de los siglos. Dentro de los muchos trabajos de investigación que ocupan a mi servicio, en fin, la demostración científica de la superioridad del Hombre sobre la mujer ha gozado de prioridad absoluta, pues soy consciente, muy consciente, de lo que los hombres, y la sociedad en general nos jugamos en este asunto. Huelga decir que finalmente hemos conseguido lo que nos proponíamos: hemos demostrado con argumentaciones científicas, claras e irrefutables, que el Hombre es superior a la mujer, y así se lo voya a exponer a Uds a continuación.

REVISION HISTORICO-BIBLIOGRAFICA

1. "La mujer es el Hombre imperfecto" (Averroes)

Así es, en efecto, y volviendo a los clásicos, he aquí lo que nos recuerda Aristóteles:

"La naturaleza sólo hace mujeres cuando no puede hacer hombres"

y Aristóteles, como recordarán Uds, sabía muchísimo acerca de todo (de fútbol, justo es reconocerlo, más bien poquito).

Es normal, pues, que si la mujer es el hombre imperfecto, su valor sea menor que el nuestro. Veamos lo que nos dicen al respecto los judíos. En el capítulo 27 del libro del LEVITICO encontramos una tabla de indemnizaciones que sucintamente les expongo en esta filmina:

Hombre Adulto (20-60 años)...................50 siclos de plata

Mujer Adulta (20-60 años).......................30 siclos de plata

Mozo (5-20 años)....................................20 siclos de plata

Moza (5-20 años)....................................10 siclos de plata

Niño (1 mes - 5 años)................................5 siclos de plata

Niña (1 mes - 5 años)................................3 siclos de plata

Ancianos (mayores de 60 años)...............15 siclos de plata

Ancianas (mayores de 60 años)................10 siclos de plata

(Diapositiva número 1)

Vean Uds cómo para todas las edades los hombres tienen más valor que las mujeres. Esto es ilustrativo y -al mismo tiempo- peligroso, ya que como Uds convendrán, las indemnizaciones no son muy cuantiosas. Figúrense si se enteran las compañías de seguros, nos bajarán a todos las primas de los seguros de vida... je, je, está bien el chiste, ¿verdad?... Me los hace Bob Hope...

Siguiendo con nuestro hilo argumental, nos detendremos un poco más en los judíos. En el GENESIS se cuenta que la mujer no es sino el resultado de una compleja plastia a partir de una costilla de Adán (una técnica quirúrgica verdaderamente revolucionaria en su tiempo y que, justo es reconocerlo, ni siquiera los modernísimos avances en Ingeniería Genética han conseguido reproducir). Por otra parte, en el mismo libro se nos relata cómo Eva, el resultado de tan complicada plastia, condujo al Hombre a la condenación y que en justo castigo el porvenir de la mujer deberá pasar por la sumisión al Hombre, como nos recordará siglos después San Ambrosio:

"Puesto que la mujer condujo al hombre al pecado, justo es que reciba al Hombre como la esclava al soberano",

lo que nos aporta un sólido argumento teológico para justificar el orden natural, que algunos llaman machista, que ha imperado hasta nuestros días. Sin embargo, lejos de aceptar el dominio del macho, algunas mujeres adoptan actitudes contra natura y se nos resisten o se constituyen en enemigas de nuestro género. Citemos a George Bernard Shaw:

"La mujer espera al hombre, pero como la araña espera a la mosca".

Valiéndose de sus inherentes encantos estas mujeres seducen al varón, haciéndole caer en la decrepitud física y moral:

"Debe huir de la mujer quien desee conservar en plenitud sus energías corporales y espiriruales; la mujer es homicida" (Proudhom).

Ante los riesgos que comporta la mujer no hay más remedio que someterla con mano dura e inclemente, como nos recomienda Nietzsche:

"Si vais con las mujeres, no olvidéis el látigo",

frase que, según los historiadores de la TXORI-HERRI MEDICAL ASSOCIATION, completaría el citado autor en las postrimerías de su vida, en un momento de lucidez de su neurosífilis:

"Si vais con las mujeres, no olvidéis el látigo, y mucho menos el preservativo",

2.- Aspectos Intelectivos y Psicológicos

Ya Moebius demostró en el XVIII que el cerebro femenino pesa menos que el masculino. Nosotros mismos hemos constatado que todos los grandes hombres de la Historia han sido eso precisamente: hombres, y no mujeres, y Bossuet nos habla de la pobreza de la vida intelectual femenina:

"La historia de las mujeres muestra que su vida interior y exterior, individual y colectivamente, ofrece tal monotonía, nivelación y homogeneidad, que necesitan entregarse más vivamente a la moda, donde todo es cambio y mutación, para añadir a su vida algún atractivo".

Una mujer, Mme Remusat, reconoce la pobreza mental femenina, que se traduce en una incapacidad para las tareas lógicas:

"La mujer no sabe razonar y siempre quiere contradecir"

y como nos dice otro ejemplar de mujer, Mme Stern:

"A la mujer le falta en absoluto el método. El puro azar rige todos sus razonamientos y las más de sus virtudes".

Es así que la mujer se convierte en un ser voluble, lelo:

"Siempre la mujer varía; es un loco quien en ella confía"

(Víctor Hugo)

"La mujer es una cosa movible por naturaleza, más que una hoja al viento"

(Petrarca),

y este ser voluble supone una auténtica catástrofe con patas para los empeños del Hombre, como nos sugiere Demóstenes:

"La mujer desbarata en un día lo que el hombre medita en un año".

Lo peor de todo es que resulta vano intentar corregir este defecto femenino:

"Es una locura discutir con una mujer y ser bueno con los malvados"

(Saadi).

Por su parte, Balzac observa que desde su estupidez las mujeres tienden a fijarse en los hombres estúpidos (que, hay que reconocerlo, existen, pero pocos):

"¿Ha notado Ud que la generalidad de las mujeres tan sólo aman a los necios?".

Baudelaire se extraña de que se admita a las mujeres, tontas por naturaleza, en determinados ámbitos o recintos:

"Siempre me ha causado asombro que se deje a las mujeres entrar en las iglesias. ¿Qué conversación pueden tener con Dios esas cabecitas insustanciales y locas?".

¿Y qué decir de los hallazgos de Adler, que tan claramente demuestran que las propias mujeres son conscientes de su inferioridad?:

"Uno de los hechos que me ha permitido establecer mi concepción de la psicología individual es la demostración del sentimiento de inferioridad más o menos consciente que existe en todas las mujeres y en todas las niñas, por el hecho de ser mujeres".

¿Y de dónde surge este complejo de inferioridad? Consultemos a mi querido amigo don Segis Freud, que nos da la clave en un artículo de título tan chirrigueresco como "Einige psychische Folgen des anatomischen Geschlechtsunterschieds", en el que denuncia la envidia que corroe a las niñas por no tener pilila y de las indelebles secuelas y taras que esto les produce a la hora de conformar su Superyó, con los consiguientes "rasgos caracterológicos que los críticos de todos los tiempos han echado en cara a la mujer". Afirma Don Segis que "las mujeres se niegan a aceptar que han sido castradas" y remata su exposición diciendo que "no puedo sustraerme a la idea -aunque casi no me atrevo a expresarla- de que lo que es éticamente normal para la mujer es distinto que para el hombre", lo que nos permite enlazar con el siguiente punto de mi exposición:

3.- Aspectos Etico-Morales

Ya Alfonso X el Sabio, que como su nombre indica sabía mucho, nos dice que:

"De mellor condición es el home que la muller en muchas cosas et en muchas maneras",

lo que de alguna manera asume una mujer como Santa Teresa cuando reflexiona que:

"El natural de las mujeres es muy flaco y el amor propio que reina en nosotras es muy sutil".

¡Qué portentosa capacidad de insight la de esta mujer, que le aproxima a la dignidad reflexiva de un varón! Señores, el hecho de que según algunos autores la santa abulense tuviera un poblado bigote (y por lo tanto, algún elemento biológicamente masculino) no debe hacer que dejemos de admirarnos de que una mujer tenga tamaña honestidad introspectiva. No en vano es una santa...

A vuelapluma, he aquí una selección de dichos sobre los rasgos ético-morales de la mujer:

"La amistad entre dos mujeres es siempre una conspiración contra una tercera"

(Ninon de Lenclos)

"Confía tu barca a los vientos, pero no fíes tu corazón a las hermosas, porque las olas son menos perversas que las promesas de una mujer"

(Cicerón)

"Una mujer virtuosa tiene en el corazón una fibra de más o de menos que las demás mujeres: Es estúpida o sublime"

(Balzac)

y de la contraposición moral entre ambos sexos:

"La virtud de la mujer es una virtud bella; la del sexo masculino debe ser una virtud noble"

(Kant).

Por eso es tan infrecuente encontrar mujeres perfectas, como indica Nietzsche:

"La mujer perfecta es el tipo más elevado de humanidad, más que el hombre perfecto; es también algo bastante raro"

ya que, siguiendo a Diderot:

"Los móviles de la mujer son tres: el interés, el placer y la vanidad".

Es la mujer, como reconoce una de ellas, Mme Pompadour, una especie sin conciencia moral:

"Las mujeres llaman arrepentimiento al recuerdo de sus faltas, pero, sobre todo, al sentimiento de no poder repetirlas de nuevo",

lo que sitúa a las mujeres en el polo contrario al del hombre; el ya mentado Diderot comenta cuán diferentes son ambos sexos:

"Las mujeres tienen caprichos, antojos, algunas veces gustos. Hasta pueden elevarse a sentir pasiones. De lo que son menos capaces es de sentir amor. Están hechas para comerciar con nuestras debilidades, con nuestra locura, pero no con nuestra razón. Entre ellas y los hombres existen simpatías de epidermis, pero muy pocas simpatías de espíritu, de alma y de carácter".

Por ello, es menester mantener numerosas y cautas reservas frente a la mujer:

"Es la mujer compañía forzosa que se ha de guardar con recato, se ha de gozar con amor y se ha de comunicar con sospecha"

(Quevedo).

Puede parecer tal vez que la opinión de consagrados maestros sobre la mujer es bastante dura. Pues bien: los hay aún más taxativos, como Diderot:

"La mujer es una cortesana",

lo cual, sin duda, es una exageración: ya sé que las madres de todos Uds son unas santas.

4.- Aspectos Estético - Anatómicos

Es abundante la literatura acerca de la supuesta belleza de la mujer, o de su abnegada capacidad maternizante. No nos engañemos, señores, no es para tanto. Quiero traer aquí una observación del folklore popular recogida por el eminente Prof Usandizaga, de Basurto:

"Parir es tan extraordinariamente sencillo que sólo lo hacen las mujeres"

Y en cuanto a lo bello o lo estético, mucho hay que hablar, como demuestra esta selección de atinados pensamientos:

"La mujer es un hermoso defecto de la naturaleza"

(Milton)

"No hay más que dos clases de mujeres: las feas y las pintadas"

(Oscar Wilde)

"El primero que comparó a la mujer con una flor fue un poeta; el segundo, un imbécil"

(Voltaire)

"Fue preciso que el entendimiento del hombre se obscureciese por el amor para llamar bello a un sexo de corta estatura, estrechos hombros, anchas caderas y piernas cortas. Su única belleza radica en el instinto de amor que nos empuja a ellas. En vez de llamarlo bello hubiera sido más justo llamarlo antiestético"

(Schopenhauer).

Y hay reflexiones con honda base teológico - histórica:

"Las mujeres deben recordar su origen y, sin ponderar en exceso su delicadeza, han de pensar que proceden de un hueso supernumerario en el que no había ninguna belleza, y que si tiene alguna han de dar gracias a Dios "

(Bossuet).

En fin, que llevábamos razón en Grecia cuando nos dedicábamos a los efebos.

Y concluida esta parte de revisión de las apreciaciones de autoridades clásicas y modernas sobre la mujer, centrémonos en la cuestión que aborda nuestra charla.

DEMOSTRACION DE LA VERDAD INDUDABLE Y CIERTA Y AUTENTICA Y VERAZ: LA SUPERIORIDAD DEL HOMBRE SOBRE LA MUJER

He de decirles que la demostración de la Superioridad del Varón ha sido una tarea ardua, incluso para mí. Sí: como lo oyen. Ha habido momentos de desánimo en los que he estado a punto de arrojar la toalla y abandonar la empresa, ya que mis intentos no daban el fruto apetecido. Pero no podía ser que los insignes autores citados y mi propia conciencia estuvieran equivocados. El Hombre es superior a la mujer, está claro, y de alguna manera se podría demostrar. Pero durante meses la historia de mis experiencias y esfuerzos fue también -he de reconocerlo- la historia de mis fracasos, hasta que un momento de inspiración genial me sacó del impasse.

Inicialmente había pensado en demostrar nuestra superioridad haciendo ver que somos más inteligentes que las mujeres. Para ello seleccioné colectivos randomizadamente y pasé el WAIS. Pues bien: resultó que sorprendentemente las mujeres obtenían puntuaciones más altas que los hombres. No me desalenté por este hallazgo, que justamente interpreté como un artefacto, y cambié de herramienta; en un segundo tiempo pasé el EIT (Esculapio's Intelligence Test), un instrumento de mi invención, e incluso otros tests, pero las mujeres seguían obteniendo mejores resultdos. Este hecho me ha permitido apreciar que los tests de inteligencia, incluido el mío, no son todo lo fiables que debieran.

Posteriormente intenté desarrollar una escala de de catadura moral, la EMAI (Esculapio's Moral Attitude Inventary), pero los resultados de este instrumento eran muy difíciles de estandarizar y numerizar, así que lo deseché. Lo mismo me sucedió con una escala de valoración estética, la EAI (Esculapio's Aesthetics Inventary).

Estaba a punto de abandonar cuando tuve, como he dicho, una inspiración genial: Procedí al análisis semiológico - etimológico de las palabras superior e inferior, y éstos que ven en la filmina fueron los resultados:

SUPERIOR = Más alto

INFERIOR = Más bajo

(Diapositiva número 2)

Por lo tanto, la proposición lógica podía convertirse en:

El hombre es superior a la mujer =

= el hombre es más alto que la mujer

(Diapositiva número 3)

o bien,

La mujer es inferior al hombre =

la mujer es más baja que el hombre.

(Diapositiva número 4)

A partir de este nuevo planteamiento procedí a medir randomizadamente hombres y mujeres de los más variados colectivos del mundo y -albricias- los resultados confirmaron mi hipótesis: En grupos tan dispares y pintorescos como los guipuzcoanos, los amish, los tasadays, los sefardíes, los tibetanos y, en general, en todas las colectividades, los hombres son más altos que las mujeres; es decir, los hombres son superiores a las mujeres, quod erat demostrandum. Y no sólo esto, si contemplamos la hipótesis complementaria y opuesta, observaremos que en todos los grupos, colectividades, sociedades y aglomeraciones las mujeres son más bajas que los hombres, es decir: las mujeres son inferiores a los hombres.

Este hallazgo trascendental, entre otras implicaciones, permitirá dotar de una base científica a la sociedad natural, que algunos llaman machista, y rebatir desde planteamientos rigurosos y lógicos a quienes niegan la superioridad del Hombre sobre la mujer.

Muchas gracias

(Larga ovación)

N de la R.- Así concluye la cinta que nos han pasado con la conferencia del Prof ESCULAPIO. Para terminar, señalar que con posterioridad a la misma los miembros del txoko procedieron a jugar al mus y que después, acompañados por tan egregio conferenciante, se fueron de txikiteo por ahí. Las señoras -y los niños- estaban en casa.

Base bibliográfica

La Biblia
Freud's Complete Works
Pascual Castán S (Compilador). Pensamientos sobre la mujer, 2ª Edición, Barcelona: La Gacela, 1945


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