GAFOMAS: FACTS AND FIGURES

Proffesor Dyonisios W Esculapio (*)
Dr Barry Smith-Esculapio (**)
Dra Athenea Papadopoulos de Smith-Esculapio (***)
César Gustavo Tarantini (****)
Helena Theodorakis (*****)

Publicado en el Txori Herri Medical Journal Nº 3 (Enero 1989)

Resumen: El mítico Prof Esculapio et al revisan el controvertido tema de los Gafomas o tumores malignos de las gafas, y aportan algunos nuevos datos al respecto.

Abstract: Prof Esculapio & associates review the controversial issue of Goggleomes and bring to the general knowledge their lastest findings on the subject.

RECUERDO EMBRIOLOGICO

En la tercera semana del desarrollo intrauterino aparecen a ambos lados de la extremidad cefálica del embrión dos mameloncillos: los TUBERCULOS PROTOGAFICOS. Dan origen a dos formaciones que avanzan hasta la altura de la sien, las PROTOVARILLAS, que a este nivel sufrirán un acodamiento, dirigiéndose hacia la línea media, en donde confluirán hacia la séptima semana, formando en su fusión el puente de las gafas, un poco por encima y por delante del násion. Del III Arco Branquial van subiendo los cristales, cuyo primordio queda constituido hacia el jueves por la tarde de la octava semana. Por último -si las gafas son de sol- los cristales se verán invadidos por melanocitos alevines procedentes de la cresta neural.

GAFOMAS: ANTECEDENTES HISTORICOS

Debemos la primera descripción clínica de los gafomas al eminente anatomopatólogo alemán FRITZ KARTOFFEN, quien en 1907 publicó en la revista americana "Pathology of Goggles" una observación personal de un paciente gafoso cuya visión había ido perdiéndose a lo largo de los años, en paralelo a la aparición de diversos cuerpos extraños en la superficie de los cristales; al final "el paciente no veía ni torta y optó por tirarlas [las gafas] al cubo de la basura, de donde un ayudante de mi laboratorio consiguió rescatarlas aún íntegras [...] en el examen macro y microscópico del especimen pudimos apreciar en ambos cristales una infiltración difusa de material tumoral" (2).

De inmediato todos los anatomopatólogos ociosos y con ganas de publicar comenzaron a llenar las revistas especializadas con innúmeros artículos sobre los gafomas (GAF), término acuñado por el propio Kartoffen. A estos autores pioneros se sumarían con los añós pléyades de internistas ansiosos por hacerse curriculum, legiones de epidemiólogos deseantes de aparentar, ingentes cantidades de sociólogos en lucha por una parcela de poder... una variada feria, en definitiva, que contribuyó a que la literatura científico-médica esté rebosante de artículos acerca de los GAF.

GAFOMAS: ENFOQUE CLINICO-DIAGNOSTICO-TERAPEUTICO

En lo referente a la clínica de los GAF, lo más reseñable es la gradual y progresiva dificultad visual, que aboca a una amaurosis final. Estos tumores no metastatizan, pero se consideran malignos porque llegados a un cierto momento de su evolución natural la única solución es cambiar de gafas o instalar prótesis supracorneales (lentillas), lo cual, con el precio que llevan, es una auténtica putada (3).

En cuanto al diagnóstico, en la inspección observamos unas gafas opacas, de aspecto sucio. En la palpación en algunos casos pueden encontrarse excrecencias y rugosidades sobre el cristal. La percusión no es muy útil, y además hay que ejecutarla con sumo cuidado para no romper el cristal. En la auscultación sólo se captan artefactos. Las exploraciones complementarias no aportan muchos datos, pero se recomienda pedirlas todas, ya que resulta una manera muy elegante de echar por la borda un montón de dinero. El diagnóstico es, pues, mayormente clínico.

En lo terapéutico, y tal como ya hemos apuntado, la única solución es la quirúrgica radical, quitando las gafas e instalando otras sustitutivas. Algunos autores han propugnado que se realicen gafectomías radicales ampliadas, llevándose también las orejas y la nariz (4), pero esto no tiene mucho sentido, ya que como se ha dicho, estos tumores no metastatizan ni crecen más allá de los cristales. Ultimamente comienzan a desarrollarse técnicas de gafectomías parciales en las que sólo se amputan los cristales, pero estos procedimientos se hallan aún en mantillas (5). El índice de recidiva es muy alto, y algunos autores lo cifran hasta en un 100%.

GAFOMAS: TEORIAS EXPLICATIVAS Y CRITICA

Antes que nada, advertir al lector interesado que son tantísimas las publicaciones acerca de las posibles causas de los GAF que vamos a obviar las reseñas bibliográficas correspondientes, ya que ascienden a millares; y si no, que se lo pregunten a nuestros matxakas 1º y 2ª, que se hn pasado meses en la hemeroteca revisándolas, mientras el resto del equipo se dedicaba al aspecto intelectivo del asunto.

1.- Teoría Infecciosa, cuya paternidad hemos de atribuir a McHINBARRENA. Este autor postuló la existencia de un virus portagenes que portaría en su genoma un oncogen específico -el Gafomagén- que transmitiría al cristal infectado la información capaz de desencadenar la aparición del GAF. Desgraciadamente, en su intento un tanto insano por encontrar a este virus -el GIV o "Goggleome Inducing Virus"- acabó perdiendo la razón y terminó sus días en un establecimiento especializado, convencido de que le echaban GIVs en la comida.

2.- Teoría Carencial, variopinta y diversa, según la cual la falta de vitaminas (BURMENT), aminoácidos esenciales (GONZALES-GOMEZ), ácidos grasos ligeros (McDERMOTT), descarga adecuada de la libido (MONTT) o whisky en cantidades adecuadas (OGILVY) se encontraría en la raíz de la aparición de los GAF. No creemos que merece mayor comentario esta sarta de insensateces, que se descalifican por sí mismas.

3.- Teoría Endocrinometabólica, defendida por O'REIILY y el resto de la Escuela de Dublin, quienes han hecho unos estudios muy bonitos partiendo del conocido dato de que los GAF son más frecuentes en los varones. Postulan que los GAF se deben a la enemistad entre la testosterona y los cristales de las gafas. Esta teoría resulta sugestiva, pero no explica por qué algunas mujeres no bigotudas sufren GAF, por lo que, a pesar de nuestra gran amistad con el simpático autor irlandés, nos vemos obligados a rechazarla.

4.- Teoría Conectivopática. DUBOIS y asociados, de la Escuela de Montpellier, proponen que los GAF son el fruto final de un proceso que denominan "Cirrosis Gafosa" ("Cirrhose des Lunettes"). Proponen que pequeños insultos a los cristales (roces y otros traumatismos) estimulan a los fibroblastos, que se desmandan y se ponen a proliferar como descosidos; al principio manteniendo las apariencias y después sin observar los debidos cánones, con lo que aparece el tumor. Si no fuera por sus considerables hallazgos en otros campos, no haríamos ni caso a la teoría de Dubois; es más, incluso nos resulta difícil de creer a pesar de la innegable autoridad científica de su autor.

5.- Teoría Tóxcio-Ambiental-Alimenticia. Esta es la teoría que defienden los autores de la escuela baska. Atribuyen un papel preponderante en la génesis de los GAF a los colorantes alimenticios, al plomo, a los detergentes catiónicos, al vino de mesa, al alcohol metílico, al SO2, al CO2, al humo del tabaco, a las anilinas, al agua de la ría de Bilbao, a los aires de Donosti, al queso no artesanal y a la heroína blended. Lógicamente no apoyan sus hipótesis en ningún dato experimental. Hay que destacar, sin embargo, que los escasísimos resultadospublicados por la escuela baska parecen más bien contradecir sus hiótesis de trabajo. Así, KAZEWANS et cols, partiendo de la hipótesis de que el zumo de puerro provocaba la aparición de GAF, dieron pinceladas de esta producto a los dos cristales de 66 gafas, cinco veces al día, durante cinco años; al terminar la experiencia no habían conseguido provocar in vitro ningún GAF. KAZEWANS decidió entonces pasar a un estudio in vitro más propiamente dicho y procedió a guardar sus gafas (66, como se ha dicho) en recipientes de vidrio llenos de zumo de puerro. AL concluir con la experiencia, dieciséis años después, tampoco había conseguido ningún GAF. Desesperado, el citado autor abandonó la profesión y se metió a la Ertzantza.

6.- Teoría Disenzimática. Nosotros mismos informamos hace años de que los GAF teñían con colorantes que tienen afinidad por las grasas (sudán, etc). Al hilo de nuestro hallazgo ARNOLD et al propusieron que los GAF podrían tener su origen en una alteración enzimática del metabolismo de los lípidos. Con una beca facilitada por un laboratorio, pusieron manos a la obra de caracterizar esta hipotética alteración enzimática. A la hora de cerrar esta edición se habían gastado ya toda la pasta y aún no habían encontrado el enzima vacilón.

7.- Teoría Inmunoalérgica. VAN ROOYEN et al informaron que habían encontrado un eosinófilo y un basófilo en la superficie de un GAF; a partir de este hallazgo elaboraron una complicadísima teoría inmunoalérgica en la que los eosinófilos, los basófilos y la IgE jugaban un papel preponderante, mientras que los neotrófilos, la adenil ciclasa, el GMPc y la histamina quedaban más bien en un segundo plano, como guest stars.

Esta teoría fue brillantemente rebatida por los investigadores hispano-argentinos HIDALGO y ASTIZ, quienes tras aplicar la bañera al eosinófilo y los electrodos al basófilo lograron hacerles confesar el apasionado amor que sentían el uno por el otro, y cómo se reunían para vivir su idilio, lejos de habladurías, en la superficie del GAF.

8.- Teoría Psicosomática. ALEXANDKRISTIN y cols sugieren que la causa de los GAF habría que buscarla en los conflictos irresueltos que atiborran el inconsciente de los pacientes. Aseguran que en su confrontación con los cotidianos problemas y acontecimientos de la vida el paciente está continuamente expuesto a hechos que le evocan sus dolorosos conflictos internos; ante esta situación decide no verlos, escotomizarlos, creándose un tumor que no le deja ver. Alexandkristin es un hombre muy agradable, campechano y sanote, pero bebe.

9.- Teoría Sociológica. COMTE y cols proponen que los cristales de las gafas están conformados por células con una clara estructura jerárquica que en determinadas ocasiones suscita confrontaciones en el marco de la lucha de clases entre células. En medio de este maremágnum un grupo de células toma el poder y se erige en dictadura de clase, pero como -ay, majitos- dejan de lado -incluso a veces las fusilan- a las células que dirigen la gafa, las cosas les salen mal; así sobreviene el GAF. COMTE et al terminan recordándonos que la Economía de Libre Mercado es la única solución y proponen el tratamiento perestroikeador de los GAF.

10.- Teoría Heredodegenerativa. SCHREBER y otras eminencias del Txori-Herri Clinical Center publicaron hace años un sesudo artículo en el que transmitían su estupor por el hecho de que los grupos étnicos tradicionalmente malhechos y presas de cuadros heredodegenerativos (los judíos ashkenazi, por ejemplo) no mostraran una mayor incidencia de GAF; por otra parte sí que se observaban GAF con mayor asiduidad en algunas familias. Seleccionaron algunas de ellas y buscaron una alteración cromosómica que justificara los GAF; después de mucho buscarla no la encontraron, por lo que abandonaron este campo y pasaron a investigar los campos en los que tan fructíferas y creativas han resultado sus investigaciones. Puede que SCHREBER no hallara la causa de los GAF, pero la Ciencia salió ganando.

NUESTRA TEORIA

Nuestro Servicio de Medicina Total se ha interesado desde siempre por los GAF. Sin ir más lejos, acabamos de mencionar nuestro artículo sobre la lipofilia de los GAF. Por otra parte, hemos intentado repetidamente crear una raza de ratones en los que enredar, provocando GAF. Sin embargo, no hemos tenido ninguna fortuna, y no hemos podido obtener ratones gafosos.

Ultimamente hemos dado un giro copernicano a nuestros experimentos y hemos deicidido estudiar las familias con alto índice de GAF. Con la ayuda de nuestro Supercomputador hemos analizado 700 características individuales de cada uno de los miembros de estas familias, en un intento por obtener un retrato robot del paciente que sufre GAF. Sólo dimos con una característica denominados común de todos estos individuos: Que eran todos extremadamente guarros y desaseados. Esta guarrería se daba en todos los miembros de las familias afectadas.

Hemos postulado, a continuación, que los GAF tal vez sean meros acúmulos de porquería (recuérdese nuestro hallazgo de su lipofilia) que crecen y crecen a lo largo de años en los que el paciente no se limpia las gafas adecuadamente. Para confirmar esta hipótesis hemos realizado un estudio prospectivo en una serie de estas personas, cuyos resultados publicaremos en varios capítulos dentro de algunos meses. Podemos adelantar a nuestros lectores que nuestra hipótesis se ha visto confirmada.

 

En este cuadro tan majo de aquí arriba tratamos de fundir en nuestra teoría todas las precedentes. En lo infeccioso, y aunque el pobre McHINBARRENA estuviera errado cuando buscaba un GIV, hay que asumir que nuestra flora saprofita, tan dada a poblar todo tipo de superficies, poblará igualmente los cristales de las gafas. En lo carencial, si el paciente no dispone de pañuelo no limpiará la porquería que por efecto de la contaminación, el uso, etc (Tª Ambiental), va depositándose en el cristal. Por otra parte, los varones, más sucios y descuidados, (Tª Endocrinometabólica) limpian con menor aiduidad sus gafas, y los traumatismos (Tª Conectivopática, de refilón) contribuyen a opacificar los cristales. La falta de enzimas que metabolicen toda la porquería (Tª Disenzimática) y la falta de higiene del sujeto, ya sea psicógena (Tª Psicosomática), ineducacional (Tª Sociológica), constitucional hereditaria (Tª Heredofamiliar) o por alergia a los detergentes (Tª Inmunoalérgica), hacen que el detritus se acumule hasta constituir el GAF. Si, una vez tratado el GAF e implantadas las gafas sustitutivas, se mantienen los factores de riesgo, se producirá irremisiblemente la recidiva.

Por otra parte, el análisis espectrográfico, fotocolorimétrico y transcultural de muestras de 3000 GAF realizado en nuestro laboratorio demuestra que histológicamente los GAF son meras concreciones de sustancias acumuladas en el cristal de la gafa durante años de higiene inadecuada.

Ni que decir tiene que nuestro hallazgo cambiará por completo el concepto tradicional del GAF, al insinuar la posibilidad de un tratamiento profiláctico (lavado asiduo de las gafas) y de un abordaje curativo menos radical que el que venía practicándose hasta la fecha (tal vez a base de detergentes muy poderosos) y que permitirá rescatar al órgano (gafa) y rehabilitarlo, y proceder a su reinserción social. Creemos que sería importante poner en marcha campañas de educación sanitaria en la población gafosa, haciendo ver a estos sujetos la trascendencia de la observación de unas mínimas normas de higiene. Y suponemos que este hallazgo nos colocará en la pole position del Nobel del año que viene, que esto ya es una vergüenza, mucho dios de la Medicina y mucha gaita y todavía no me lo han dado.

 

BIBLIOGRAFIA

1.- McNamara WR. Embriology. Mensajero, Barakaldo, 1976
2.- Kartoffen F. Malignant tumor upon the surface of goggle glasses: A new variety of tumor that I will call Goggleome and thus I'll get a lot of dollars in royalties. J Pat Goggles, 3: 100-107, 1907
3.- Comité de Expertos. Estadiaje y definición de los Gafomas. OMS, Ginebra, 1967
4.- Sade JP. Couper, c'est la seule solution pour les tumeurs des lunettes, en Etcheberry JP (Ed): Chirurgie. La Presse Médicale de Zuberoa, Mauleon, 1986
5.- Florey HG, Ibarretxe K, O'Flaherty TD. New techniques in the surgical approachment to Goggleome treatment. Butcher, 23: 1198-1204, 1987


* Catedrático de Todo; dios de la Medicina; Sº de Medicina Total; Facultad de Medicina de El Pireo, Athens, Greece
** Nepote; Sº de Medicina Total; Facultad de Medicina de El Pireo, Athens, Greece
*** Asistente Voluntaria, Sº de Medicina Total; Facultad de Medicina de El Pireo, Athens, Greece
**** Matxaka 1º. Becario argentino de la "Fundación 1492"
***** Matxaka 2ª. Médico Interno Residente


Publicado en el Txori Herri Medical Journal Nº 3 (Enero 1989)


©The Txori-Herri Medical Association 1997