El
café como bebida y sus deletéreos efectos sobre el Sistema Nervioso
New
York County Medic
JAMA. Vol. 285 No. 4, January 24/31, 2001
New York County Medical Association.
Stated Meeting, Dec. 17, 1900.El
presidente, Dr Parker Syms:
El
dr William M Leszynsky dijo que condenar indiscriminadamente al café como si
careciera de virtudes médicas podría desconcertar a la sociedad.
El propósito de su artículo, basado en un cuidadoso estudio de la
cuestión a lo largo de los últimos diez años, es mostrar que los efectos
negativos del café no son precisamente una rareza.
El café tostado contiene cafeína y cafeinona.
Todos reconocemos que el café es un excelente agente medicinal.
Entre 1892 y 1896 importamos anualmente 597.484.217 libras.
Se dice que los habitantes de los Estados Unidos consumen aproximadamente
una tercera parte de la producción mundial de café, y tal vez en este hecho
radique la explicación del proverbial nerviosismo de nuestra gente y la
explicación de su gran capacidad de trabajo.
El
dr Love expresó la opinión de que el uso excesivo de café es peor que el
abuso de alcohol. Sin duda, una
taza matinal de café tiene un efecto beneficioso en una amplia proporción de
nuestra población. La idea popular
de que el café puede sustituir a la comida o incrementar la capacidad de
trabajo sin desgaste tisular es absolutamente errónea.
El antiguo adagio “lo que para una persona es bueno para otro es
veneno” ejemplifica la acción del café.
La mayor parte de los médicos no han concedido mucha atención a la
cuestión. La toma diaria de café,
aun en cantidades moderadas, por quienes son susceptibles a su acción, conduce
invariablemente a alteraciones nerviosas funcionales.
Sin duda, la leche y el azúcar, que favorecen la fermentación,
potencian sus efectos perniciosos. Muchos
médicos parecen creer que el café no hace daño si se toma sin leche ni azúcar,
pero esta creencia no se sostiene con la experiencia disponible.
Todos los neuróticos parecen más o menos susceptibles al café, que
agrava la hiperemia cerebral. El dr
Love dijo que ha visto personas en las que el uso de café indujo estornudos.
Recordó varios casos de pacientes con neumonia a las que se les dio cafeína
como estimulante cardiaco y que exhibieron insomnio severo y una grave agitación
hasta que se les retiró la cefeína. También
pudo explicar varios casos de vértigo como originados por el café.
Es habitual la observación de la alerta y mayor agilidad mental
producidas por el café. Muchas
enfermeras y escritores se han dado al café para procurarse su efecto
estimulante. El sistema nervioso de
los niños es peculiarmente susceptible al efecto estimulante del café, por lo
que no se debería permitir que lo tomaran. Produce una cierta precocidad deplorable.
El dr Love ha visto que muchos terrores nocturnos y temblores en niños
desaparecen simplemente al retirar el café.
Hace varios años atendió a un niño de 6 años afecto de intoxicacióna
guda por café. Cuando lo examinó
estaba en un delitium agitado con un pulso de 200, taquicardia y alucinaciones
visuales y auditivas. El niño había cogido unos granos de café en el bar de un
hotel y se tomó hasta media onza durante la tarde.
Se recuperó plenamente en una semana.
El
dr Leszynsky dijo que hay una amplia clase de neurasténicos cuya enfermedad
mental era atribuible al uso del café. Ha
estudiado cuidadosamente unos 200 casos de este tipo, que ha tratado.
Naturalmente, muchas de las personas afectadas son individuos que
trabajan en condiciones de gran tensión y deben hablar mucho. Habitualmente se quejan de depresión mental, irritabilidad,
insomnio, pesadillas, vértigo ocasional, temblor generalizado, opresión
precordial, palpitaciones, anorexia, eructos frecuentes y estreñimiento.
El complejo sintomático más frecuente era nerviosismo general, temblor,
vértigo, sueño sin descanso, palpitaciones, eructos y estreñimiento.
El pulso era de baja tensión y variaba en frecuencia de 90 a 130. También podía haber taquicardia o bradicardia.
Por supuesto, todos estos síntomas neurasténicos pueden deberse a otras
causas, entre las cuales pueden la que más fácilmente puede confundirse con la
intoxicación por café es la intoxicación crónica por alcohol, pero puede
llegarse al diagnóstico con un proceso de cuidadosa exclusión.
Según la experiencia del dr Leszynsky la mayor parte de quienes sufren
del hábito del café no suelen beber licor; en algunos casos pueden observarse
síntomas con una toma de sólo tres o cuatro tazas diarias, pero estos
pacientes la nutrición suele ser muy deficiente.
En la intoxicación aguda por café hay gran excitabilidad, o incluso
delirium; en intoxicaciones crónicas lo habitual es una forma depresiva de
neurastenia. Aunque se conocen los
efectos del abuso de café desde 1705 en este país no se ha apreciado
debidamente la importancia de la cuestión.
En su experiencia sólo en unos pocos casos hubo bradicardia como
resultado del abuso de café.
El
dr Leszynsky no recomendó como tratamiento la abstinencia inmediata o total. Por regla general, no deberían tomar más de una taza
matinal, de fuerza gradualmente decreciente.
Como sustituto del café puede usarse la infusión de trocitos de cacao
en cantidades moderadas. Hay en el
mercado muchos preparados de composición muy variada que se anuncian como
sustitutos del café, y que hace tiempo que el dr Leszynsky no recomienda porque
su uso continuado produce indigestión. Muchas
personas que dejan el café se pasan irreflexivamente al cacao, y lo toman en
cantidades importantes. Puesto que
el cacao contiene teobromina, que es quimicamente casi idéntica a la cafeína,
el resultado es fácil de imaginar. En
algunas ocasiones puede ser necesario recurrir a una cura de reposo de tres a
seis meses.
©Txori-Herri Medical Association, 1997-2001